EL LATÍN, LENGUA INDOEUROPEA
El latín es una lengua de la “familia lingüística” conocida con el nombre de indoeuropea.
Por familia lingüística se entiende el conjunto de lenguas que presentan unos rasgos básicos comunes en los distintos niveles o “sistemas” del lenguaje: fonológico, léxico, morfológico, sintáctico. Estas coincidencias atestiguan un origen común, en una época remota y una zona limitada, a partir de las cuales se producirán la expansión y la posterior fragmentación.
A la familia indoeuropea pertenecen el latín y la mayoría de las lenguas habladas en Europa, tanto en el pasado como en el presente, además de algunas de Asia meridional que se extienden por la zona que va desde la actual Turquía hasta la India. Se exceptúan en nuestro continente el finés, el húngaro y el vasco.
El origen de esta “familia” se remonta a hace mas de cinco mil años y se sitúa, según la teoría mas aceptada, en una zona al norte del mar Negro, entre la desembocadura del Danubio y los montes Urales.
• Primera generación de lenguas indoeuropeas
La familia lingüística indoeuropea
Durante el segundo milenio antes del nacimiento de Cristo, la que podríamos llamar “primera generación” de las lenguas indoeuropeas aparece ya diferenciada en su mayor parte, y los pueblos que las hablaban se encuentran situados, o a punto de situarse, en sus territorios históricos. Unos pueblos lo hicieron en fecha más temprana, como los hititas de la Península de Anatolia (actual Turquía) o los aqueos, quienes protagonizaron a mediados del milenio la civilización minoica en la isla de Creta y la civilización micénica en la Grecia continental (el Peloponeso); otros pueblos lo hicieron en fecha más tardía como los portadores de la lengua latina, cuya entrada en la Península Italiana se supone no muy anterior al año 1000 a. C., coincidiendo mas o menos con la invasión de los dorios en Grecia.
Algunas de estas lenguas resultantes presentan un mayor número de afinidades entre sí, lo que hace suponer que en un periodo intermedio los pueblos respectivos ocuparon un mismo territorio o territorios vecinos, y desarrollaron una parecida manera de hablar. De ahí que se distingan diferentes “grupos” de lenguas indoeuropeas, como las lenguas atestiguadas en la franja central de Italia -el latín, el osco y el umbro- o las atestiguadas en Asia -el llamado grupo indoiranio- o las distintas antiguas lenguas germánicas o eslavas.
• Segunda generación de lenguas indoeuropeas
Ya en época histórica, la mayoría de las lenguas indoeuropeas siguieron evolucionando lenta pero imparablemente, transformándose y fragmentándose, y dando lugar a las diferentes lenguas indoeuropeas modernas, que constituyen la “segunda generación” de la familia indoeuropea. Hubo, no obstante, algunas que no dejaron “descendencia”, al ser sustituidas por otras lenguas dominantes y luego olvidadas.
En algunos casos se conoce muy bien la lengua que ha dado origen a estas lenguas modernas, al conservarse su literatura (caso del antiguo indio, del persa antiguo, del griego, del latín); en otros casos, como el de las lenguas germánicas o eslavas, no se conserva ningún testimonio escrito de la primitiva lengua “madre” común.
• Parentesco léxico de las lenguas indoeuropeas
En conclusión, nuestra “comunidad lingüística europea” tiene ya entre tres mil y cuatro mil años de historia; y su origen común, dos mil años más. El eslabón que une las lenguas románicas de España -castellano, catalán y gallego- entre sí y con el resto de esta vieja y gran comunidad es el latín.
Para apreciar los lazos de parentesco que unen a las lenguas derivadas del latín, basta hacer un muestreo con palabras de distinta clase -sustantivos, verbos, pronombres, preposiciones, etc.- y comparar los resultados en castellano o francés, junto a la forma latina de que proceden, con los de dos lenguas de otro “grupo” indoeuropeo, como son el inglés o el alemán.
EVOLUCIÓN DEL LATÍN
• Orígenes y expansión
Base honoraria romana
El latín aparece hacia el año 1000 a. C. en el centro de Italia, al sur del río Tíber, entre los Apeninos y el mar Tirreno, en una región llamada Latium (Lacio), de donde proviene el nombre de la lengua y el de sus primeros habitantes, los latinos.
Junto al latín aparecen las otras dos lenguas del “grupo itálico”: el osco, al sur del Lacio, y el umbro, al noreste.
De las varias formas dialectales del latín primitivo (cada ciudad del Lacio tenía la suya), enseguida acabó imponiéndose la de Roma, a causa de su pronta hegemonía sobre toda la regi6n.
Este latín “romano” se fue extendiendo a medida que se extendía también el dominio de Roma, primero en Italia, más tarde en los países ribereños del Mediterráneo occidental (incluida la Península Ibérica) hasta abarcar finalmente la Europa central, desde las Islas Británicas hasta Rumanía.
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, ocurrida en el siglo V, el latín continuó siendo la lengua común de gran parte de este territorio, hasta su fragmentación y transformación en las distintas lenguas románicas (siglos VIII-IX). Son, pues, dos mil años de uso ininterrumpido del latín, desde antes incluso de que Roma existiese hasta después de que dejara de ser la capital del Imperio.
Por lo que se refiere a la Península Ibérica, la presencia de la lengua latina duró alrededor de doce siglos (recordemos que la conquista romana se inicia en el siglo III a. C.).
• El latín vulgar
A este latín “hablado”, corriente, popular, se le llama latín vulgar. Es una lengua en continua evolución y con diferencias dialectales entre las regiones de la misma Italia, y más aun entre las diferentes provincias del Imperio (así, por ejemplo, puede hablarse de la existencia de un latín “hispano”, “galo”, “africano”, etc.).
Al descomponerse el Imperio y empezar la Edad Media, la evolución y fragmentación de la lengua se aceleran y acentúan hasta que el latín se convirtió en otra lengua, en parte igual y en parte distinta del latín tradicional, a la que ya en el siglo IX empezó a llamarse lingua romana rustica, de donde procede el nombre de lenguas románicas o romances para denominar a las diversas lenguas nacionales a que dio lugar. No obstante, muchas de las diferencias entre éstas y el latín literario ya se habían iniciado en el latín vulgar.
• El latín literario
A partir del siglo III a.C. comienza la literatura en latín: y con ella, el latín literario, culto, escrito. Tras un primer periodo de formación que tiene lugar en el siglo I a.C., el latín literario, fijado ya por las primeras gramáticas, se convierte en una de las grandes lenguas literarias de la antigüedad (lenguas “clásicas”), y como tal, a diferencia del latín vulgar, permanece prácticamente inalterado y unificado a través de los siglos; autores como Cicerón, Virgilio y Tácito, entre otros, dan fe de ello en distintas épocas de la antigüedad. En épocas posteriores, Tomas de Aquino, Dante, Petrarca...
Este latín culto, además de ser la lengua de la literatura en sentido estricto, fue la lengua en la que se transmitió todo el legado cultural romano: derecho, ciencia, lingüística, filosofía, etc.
LAS LENGUAS ROMÁNICAS
• Origen
El origen de las lenguas románicas hay que buscarlo en ese latín “vulgar” tardío transformado y fragmentado, bautizado con la denominación delingua romana rustica en un concilio del siglo IX (para diferenciarla de las lenguas “bárbaras”, por un lado, y del latín “culto”, por otro).
Fue este un proceso que podría calificarse de “metamorfosis”. Una parte importante del sistema lingüístico latino permaneció en todas las lenguas románicas. Pero hubo cambios (innovaciones y perdidas) muy sustanciales que afectaron a los distintos aspectos de la lengua: pronunciación, morfología, sintaxis, léxico. El sistema se convirti6 en otro, con diferencias también sustanciales entre las lenguas de los distintos reinos medievales. Estas diferencias fueron aumentando con el paso del tiempo hasta la fijación definitiva de las distintas lenguas románicas. Entre las muestras escritas que nos han llegado de este latín y las primeras de las diversas lenguas románicas (siglos VIII-X) hay todavía muy poca diferencia.
• Documentos más antiguos en lengua románica: siglos IX-X
Para el español, el testimonio documental mas antiguo se fecha a finales del siglo X: son las famosas Glosas Emilianenses encontradas en el monasterio de San Millán de la Cogolla, en La Rioja. Se trata de traducciones de palabras y frases sueltas de un texto latino culto (en concreto, un manuscrito con sermones de san Agustín) a la lengua hablada en la Castilla primitiva.
• Primeras obras literarias: siglos X-XIII
Las manifestaciones literarias mas antiguas en las principales lenguas románicas de la Península Ibérica son:
Las estrofas en romance, entremezcladas con el texto árabe o hebreo, de las “jarchas” mozárabe (siglo X)
El Cantar de mio Cid en el romance de Castilla (siglos XII-XIII)
Las Cantigas en gallego portugues (siglos XII-XIII).
Las Homilies d´Organya en catalán (siglo XII).
A lo largo de la Edad Media, la similitud que se observa en muchos de los textos románicos primitivos, en los diferentes países que conforman la Romania, va disminuyendo , a la vez que van remarcándose las diferencias, hasta llegar a fijarse gramaticalmente cada una por separado a partir del Renacimiento.
• Las lenguas románicas hoy
Las lenguas románicas se hablan en la actualidad en la Europa romanizada y en otros países del mundo, adonde llegaron con la colonización. Son las siguientes:
Lengua Zonas de influencia Hablantes nativos
Castellano (Español) España, Hispanoamérica, presencia decreciente en Filipinas y creciente en EE UU 352.000.000
Portugués Portugal, Brasil, Angola, Mozambique, archipiélagos de Madeira y Azores 170.000.000
Francés Francia, sur de Bélgica, cantones occidentales de Suiza, Antillas, Canadá (Quebec), países francófonos de Africa 72.000.000
Italiano Italia 40.000.000
Rumano Rumanía 26.000.000
Gallego Galicia 4.000.000
Catalán Cataluña, Rosellón (Francia), Andorra, Islas Baleares, Comunidad Valenciana 4.000.000
Provenzal (Occitano) Provenza (sureste de Francia) 3.000.000
Sardo Cerdeña 1.500.000
Retorromano (Rético) Alpes 40.000
El castellano es la lengua románica con mayor numero de hablantes; la mayor parte de ellos pertenecen al continente americano. Algunas zonas del suroeste y sureste de Estados Unidos, debido a la presencia creciente del castellano, son en la actualidad bilingües.
jueves, 7 de enero de 2016
Cuadrante 5
Cuadrante 4
V U L G A R V M U I Q T E R R A A A L I
D Y E U J K B X E Z U I O J K L B V I N
G F N T F F U E R T E S Y G F I T D T D
I P G H D D F G D Ñ L G B J T D B C E O
F S U D X K E S C H F H F A F C R V R E
I O A G C Y S X I P E F L B Y S E D A U
L J K G T L R E S Y Y I Y R J E V R T R
O F D F G K A F F K A D D N F Q E H G O
S J C V H J T Y D E T Y E H E W S G R P
O H D E K X Q U I M I C A D T H T J A E
F A V R O F R R E C W X E V E V T P C A
I L V O O I I K M Ñ O P E V R F R E F E
A I G O L O I B H F R J E M T A Q U G D
D R V I G H H T T E A T R O U E R E I S
H K V N G G G F E E G A R E R R T X A X
Y R O M A N O U O P E R T E F F U C H V
I T V B U U D D G L A R G A S G R P D B
L E N G U A S R O M A N C E S V F Ñ T F
O O Y U H O U T D K R E I R D D I W C C
C U L T O C X Z P O S C L A S I C O U C
CUADRANTE DIDACTICO 4 Sopa de letras
INSTRUCCIONES: contesta correctamente la sopa de letras antes de que termine el tiempo, pero cuidado existe una trampa.
Vulgar. Aer. Literatura
Culto. Aqua
Indoeuropea. Italia
Posclásico. Romano
Clásico. Fuertes
Filosofía. Largas
Biología. Breves
Geografía. Lengua
Química. Lenguas romances
Terra. Teatro
Cuadrante didactico n.3
Objetivo: consta que la información investigada sea útil y cumpla con los objetivos que perseguimos
En este CUADRANTE se realizaran actividades para posteriormente prese ntar la información a través de distintas estrategias didácticas .
Latín
Originalmente en la península itálica, luego en la zona de influencia del Imperio romano y posteriormente en aquellos estados europeos con presencia de la iglesia católica.
El latín es una lengua de la rama itálica de la familia lingüística del indoeuropeo que fue hablada en la Antigua Roma y, posteriormente, durante la Edad Media y la Edad Moderna, llegando a la Edad Contemporánea pues se mantuvo como lengua científica hasta el siglo XIX. Su nombre deriva de una zona geográfica de la península itálica donde se desarrolló Roma, el Lacio (en latín, Latium).
Adquirió gran importancia con la expansión de Roma, siendo lengua oficial del imperio en gran parte de Europa y África septentrional, junto con el griego. Como las demás lenguas indoeuropeas en general, el latín era una lengua flexiva de tipo fusional con un mayor grado de síntesis nominal que las actuales lenguas romances, en la cual dominaba la flexión mediante sufijos, combinada en determinadas veces con el uso de las preposiciones, mientras que en las lenguas modernas derivadas dominan las construcciones analíticas con preposiciones, habiéndose reducido la flexión nominal a marcar solo el género y el plural, conservando los casos de declinación solo en los pronombres personales (teniendo estos un orden fijo en los sintagmas verbales).
El latín dio origen a un gran número de lenguas europeas, denominadas lenguas romances, como el portugués, el gallego, el castellano, el asturleonés, el aragonés, el catalán, el occitano, el francés, el valón, el retorrománico, el italiano, el rumano y el dálmata. También ha influido en las palabras de las lenguas modernas debido a que durante muchos siglos, después de la caída del Imperio romano, continuó usándose en toda Europa como lingua franca para las ciencias y la política, sin ser seriamente amenazada en esa función por otras lenguas en auge (como el castellano en el siglo XVII o el francés en el siglo XVIII), hasta prácticamente el siglo XIX.
Es idioma oficial en la Ciudad del Vaticano. La Iglesia católica lo usa como lengua litúrgica oficial, aunque desde el Concilio Vaticano II se permiten además las lenguas vernáculas. También se usa para los nombres binarios de la clasificación científica del reino animal y vegetal, para denominar figuras o instituciones del mundo del Derecho, como lengua de redacción del Corpus Inscriptionum Latinarum, y en artículos de revistas científicas publicadas total o parcialmente en esta lengua.
La historia del latín comienza en el siglo VIII a. C. y llega, por lo menos, hasta la Edad Media; se pueden distinguir los siguientes periodos:
Arcaico: desde que nace hasta que la sociedad romana entra en la órbita cultural de Grecia(helenización):VIII-II a. C.Autores destacados de este período son Apio Claudio el Ciego, Livio Andrónico,Nevio, Ennio,Plauto, Terencio.
Clásico: en una época de profunda crisis económica, política y cultural, la élite cultural crea, a partir de las variedades del latín coloquial, un latín estándar (para la administración y escuelas) y un latín literario. Es la Edad de Oro de las letras latinas, cuyos autores más destacados son Cicerón, Julio César, Tito Livio, Virgilio,Horacio, Catulo, Ovidio. Esto ocurrió aproximadamente en los siglos I a. C. y I d. C.
Posclásico: la lengua hablada se va alejando progresivamente de la lengua estándar, que la escuela trata de conservar, y de la lengua literaria. Esta distancia creciente hará que de las diversas maneras de hablar latín nazcan las lenguas románicas. Y la lengua escrita, que inevitablemente también se aleja, aunque menos, de la del periodo anterior, se transforma en el latín escolástico o curial.
Tardío: los padres de la Iglesia empiezan a preocuparse por escribir un latín más puro y literario, abandonando el latín vulgar de los primeros cristianos. A este período pertenecen Tertuliano, Jerónimo de Estridón(San Jerónimo) y San Agustín.
Medieval: el latín como se conocía ya no es hablado; por ende, el latín literario se refugia en la Iglesia, en la Corte y en la escuela, convirtiéndose en el vehículo de comunicación universal de los intelectuales medievales. Mientras, el latín vulgar continuaba su evolución a ritmo acelerado. Ya que las lenguas romances fueron apareciendo poco a poco, unas antes que otras, y porque el latín seguía siendo utilizado como lingua franca y culta, no se puede dar una fecha en la que se dejó de utilizar como lengua materna.
Renacentista: en el Renacimiento la mirada de los humanistas se vuelve hacia la Antigüedad clásica, y el uso del latín cobró nueva fuerza. Petrarca, Erasmo de Róterdam,Luis Vives, Antonio de Nebrija y muchos otros escriben sus obras en latín, además de en su propia lengua.
Científico: la lengua latina sobrevive en escritores científicos hasta entrado el siglo XIX. René Descartes, Isaac Newton, Baruch Spinoza, Gottfried Leibniz, Immanuel Kant y Gauss escribieron sus obras en latín.
El latín debió de aparecer hacia el año1000 a. C. en el centro de Italia, al sur del río Tíber, con los Apeninos y el mar Tirreno al oeste, en una región llamada Latium (Lacio), de donde proviene el nombre de la lengua y el de sus primeros habitantes, los latinos; sin embargo, los primeros testimonios escritos datan del siglo VI a. C., como la inscripción de Duenos y otras similares.
En los primeros siglos de Roma, desde la fundación al siglo IV a. C., el latín tenía una extensión territorial limitada: Roma y algunas partes de Italia, y una población escasa. Era una lengua de campesinos.
Así lo demuestran las etimologías de muchos términos del culto religioso, del derecho o de la vida militar. Destacamos los términosstippulare ('estipular'), derivado de stippa('paja'), o emolumentum ('emolumento'), derivado de emolere ('moler el grano'), en el lenguaje del derecho.
En este sentido, los latinos, desde época clásica al menos, hablaban de un sermo rusticus ('habla del campo'), opuesto alsermo urbanus, tomando conciencia de esta variedad dialectal del latín. «En el campo latino se dice edus ('cabrito') lo que en la ciudad haedus con una a añadida como en muchas palabras».
Después del periodo de dominación etrusca y la invasión de los galos (390 a. C.), la ciudad fue extendiendo su imperio por el resto de Italia. A finales del siglo IV a. C., Roma se había impuesto a sus vecinos itálicos. Los etruscos dejaron su impronta en la lengua y la cultura de Roma, pero los griegos presentes en la Magna Grecia influyeron más en el latín, dotándolo de un rico léxico.
El latín de la ciudad de Roma se impuso a otras variedades de otros lugares del Lacio, de las que apenas quedaron algunos retazos en el latín literario. Esto hizo del latín una lengua con muy pocas diferencias dialectales, al contrario de lo que pasó en griego. Podemos calificar, pues, al latín de lengua unitaria.
Después, la conquista de nuevas provincias, primero las Galias con César, hasta la de la Dacia (Rumania) por parte de Trajano, supuso la expansión del latín en un inmenso territorio y la incorporación de una ingente cantidad de nuevos hablantes.
Paralelamente a la expansión territorial de Roma, el latín se desarrolló como lengua literaria y como lingua franca a la vez que el griego, que había tenido estos papeles antes. Desde el siglo II a. C., con Plauto y Terencio, hasta el año 200 d. C. con Apuleyo tenemos una forma de latín que no tiene ninguna variación sustancial. o una gran expansión territorial.
Gramática y sustantivos
Al conjunto de formas que puede tomar una misma palabra según su caso se le denomina paradigma de flexión. Los paradigmas de flexión de sustantivos y adjetivos se denominan en gramática latina declinaciones, mientras que los paradigmas de flexión de los verbos se llaman conjugaciones. En latín el paradigma de flexión varía de acuerdo con el tema al que está adscrita la palabra. Los nombres y adjetivos se agrupan en cinco declinaciones, mientras que los verbos se agrupan dentro de cuatro tipos básicos de conjugaciones.
Sustantivos
En latín, el sustantivo, el adjetivo (flexión nominal) y el pronombre (flexión pronominal) adoptan diversas formas de acuerdo con su función sintáctica en la frase, formas conocidas como casos gramaticales. Existen en latín clásico seis formas que pueden tomar cada sustantivo, adjetivo o pronombre («casos»):
1. nominativo: es usado cuando el sustantivo es el sujeto o atributo (o predicado nominal) de la oración o frase.
2. vocativo: identifica a la persona a la que se dirige el hablante, se podría decir que es una llamada de atención. Incluso, puede servir como saludo.
3. acusativo: se usa, sin rección de preposición alguna, cuando el sustantivo es el objeto directo de la frase, o bien como sujeto del denominado infinitivo «no concertado»; cuando va regido por una preposición, pasa a desempeñar la función sintáctica de complemento circunstancial.
4. genitivo: indica el complemento y las características del nombre (sustantivo o adjetivo).
5. dativo: se usa para señalar el objeto indirecto, con ciertos verbos y, a veces, como agente (en la conjugación perifrástica pasiva) y poseedor (con el verbo sum).
6. ablativo: caso gramatical que denota separación o movimiento desde un lugar. El latino además, incluía en él la causa, el agente, usos como instrumental, locativo y adverbial.
Además, hay restos de un caso adicional indoeuropeo: el locativo (indicando localización, bien en el espacio, bien en el tiempo):
rurī 'en el campo', domī 'en (la) casa'.
El adjetivo también tiene formas flexivas, dado que concuerda necesariamente con un sustantivo en caso, género y número.